martes, 1 de marzo de 2016

Crónica - Carcassonne



¡Buenas a todos!

Os traigo la crónica de una partidita al Carccassone (uno de mis juegos favoritos sin lugar a dudas) que eché hace no mucho con unos amiguetes (Carol, Isma, Nico y Santi) por mi ciudad. Más adelante pienso reseñar el juego y hablar un poco de sus expansiones, ya que tiene muchas y hacen que las partidas varien bastante, con lo cual lo convierte en un juego bastante rejugable y que suele gustar a toda alma que lo prueba.


No estábamos muy seguros de que expansiones meter ya que Carol nunca había jugado a este juego (muy mal por su parte, lo sé) y Nico lo tenía poco fresco, pero como son unos valientes se animaron y acabamos metiendo todo lo que habíamos llevado, ya que Isma, Santi y yo llevábamos tiempo queriendo jugar con la expansión de La Torre y el resto que teníamos no eran muy complicadas de entender. También estrenábamos la de Posadas y Catedrales que por algún motivo ha sido la última que hemos comprado (y siempre se recomienda que es la primera que debemos de tener). Total, que tras dar las explicaciones convenientes y el típico “esto ya sobre la marcha lo vais viendo mejor” comenzamos a jugar.

Las expansiones que usamos finlmente fueron:
  • Constructores y Comerciantes
    El templete del oro
  • Posadas y Catedrales
  • La Torre
  • Minas de oro
  • El río I
  • El río II




Y los colores de cada uno:


  • Carol: Azul.
  • Isma: Rojo.
  • Nicolás: Verde.
  • Santi: Amarillo.
  • Yo: Negro.
La partida comenzó conmigo expandiendo el río, colocando felizmente un caballero en una pieza que me encanta pero que por falta de costumbre no caí en colocar el superseguidor que proporciona Posadas y Catedrales e intentar asegurármelo bien. Aún así, ya se mascaba la tragedia en esa zona por el modo en el que quedó el río. Tuve suerte y robé una pieza que nunca antes había visto y logré dividir todo en zonas y colocar un granjero potencialmente bueno, pero todo me duró bien poco por el macabro poder de las torres. No recordaba lo incordiantes que resultaban, así que nada, mi granjero fue secuestrado en breves.

Nicolás situó un granjero en la zona del río de la granja [Flecha morada en 2], cosa que no suele ser su modo de jugar según nos dijo, pero quería probar a campos esta vez y vaya vaya… ese campo daría mucho de lo que hablar al final de la partida. El río se cerró bastante rápido dejando la partida de la siguiente manera:



A priori parecía que se iba a liar una buena con uno o dos castillos gigantes en el centro pero entre las piezas rarunas que tocaron y las torres la cosa cambió bastante. Robé una pieza que dividía en cuatro castillos y coloqué un granjero en ella que pensé que me daría 12 puntitos pero al poco fue secuestrado [Flecha roja en 2]. Se cerraron varios castillos por la zona y la partida siguió su curso.


Yo me pasé casi toda la partida robando caminos pero bueno, con las posadas eran más útiles, pero insuficientes para aspirar a ganar, encima mis granjeros siguieron el destino del primero y fueron secuestrados. Las pocas piezas de castillo que robé eran peligrosas por el alcance de las torres (y confieso que recordé demasiado tarde que se podían anular sacrificando un seguidor sobre ellas). Aparte, tampoco me pude llevar apenas recursos porque no logré cerrar casi ningún castillo, menos aún alguno que diera alguna materia como para aspirar a ganar o iguarlas. Eso sí, oro me llevé por un tubo, principalmente gracias a los caminos (tuve que colocar el constructor sobre uno por pura desesperación). Al menos a Carol parecía divertirle mis records estadísticos de robar camino tras camino. Isma colocó sabiamente un superseguidor como granjero con el objetivo de robar el campo cada vez más prometedor de Nico [Flecha morada en 3].




El puño divino
También empezó a haber un pique por el castillo gigante del sur entre Santi e Isma ya que Carol vivía felizmente por su lado, Nicolás tuvo que abandonar la partida porque es un sucio traidor y yo obviamente no dejaba de robar caminos. La torre gigante tuvo un gran papel pero no decisivo, ya que a los turnos la zona se plagó de torres y hubo una oleada de secuestros con violencia, que terminó con la victoria de Ismael en el castillo y de paso llevándose también el campo gigante del legendario granjero verde.

La partida continuó aunque ya estaba muy balanceada hacia el lado de los rojos. Los siguientes turnos fueron de rapiñar todos los puntos posibles con caminos, monasterios y dejar presencia en castillos inacabados, siempre calculando el peso de las torres dichosas. Para no perder la costumbre robé otros cientos de miles de caminos más, formando un bonito infinito por mi zona.

Y nada más, una pena que Nico tuviera que irse tan avanzada ya la partida. Fue una buena tarde aunque tal vez la partida duró demasiado, dejándonos sin poder jugar a otros juegos que teníamos pendientes pero bueno, por fortuna hemos tenido otras muchas tardes jugonas y sacié el gusanillo que tenía de jugar al Carcassone y Santi pudo molestar (por no decir otra cosa) a gusto con las torres. Os dejo la foto final para que veáis como quedó la mesa antes del recuento de puntos (que es lo que más me gusta, lo confieso) al mano derecha.

Imagino que no hace falta ni decir que Isma ganó de sobrada, llevándose más de 80 puntos con el supergranjero que robó el campo inicial de Nicolás. Nicolás quedó último porque se piró, pero estuvo por delante de nosotros durante un buen tiempo estando ya fuera de la partida, cosa que deja mucho que desear de nosotros... pero bueno, lo que cuenta es el resultado final, ¡o eso dicen!





Y nada más, espero que os haya entretenido la crónica, ¡nos leemos en la próxima, canallas!





1 comentario :

  1. A este juego de mesa no le hace falta de nada, lo tiene todo

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